EL MUNDO PRENDIÓ SUS VELAS PARA QUE NO SE APAGUEN LAS VIDAS

El Viernes 6 de julio, desde los pueblos más pequeños y alejados hasta las ciudades más grandes del mundo unieron sus voces en torno a un mismo propósito, apoyar a los líderes sociales, defensores y defensoras de derechos humanos quienes enfrentan una cruel arremetida violenta en su contra.
Desde PAS, acompañamos la manifestación en Bogotá. Desde antes de las 6:00 de la tarde ya se empezaba a llenar la plaza de Bolívar. Expresiones artísticas, simbólicas y la voz de quienes se expresaban en contra de los asesinatos retumbaban por toda la plaza. El mensaje, al final, le hacía ver a los líderes que no están solos en su lucha, hay personas en todo el mundo que los apoyan y los quieren ver vivos ejerciendo su trabajo con seguridad.



Sandra Yaneth Luna, Tibú, Presidenta JAC; Jose Ráfael de la Hoz, Pivijay, Mesa de participación de víctimas: Javier Sevilla, Tibú, Coordinador comité JAC; Diana Patricia, Bogotá, Madre Comunitaria. Uno a uno los nombres de las 311 personas que según la defensoría del pueblo han sido asesinadas desde la firma del acuerdo de paz llenaban el suelo de la plaza. La idea era recordar que esa cifra, más que un número, es el recuento de cientos de historias humanas, causas legítimas y procesos colectivos atacados por la violencia. Pancartas y recortes de las víctimas del genocidio político de la UP, le recordaban al país que esto ya nos ha pasado antes y no podemos permitirnos repetir las dinámicas de uno de los peores episodios de violencia política del país.
Días despues, ya se apagaron las velas. Que no se apaguen sus vidas
Desafortunadamente, la realidad de los lideres no va a cambiar con una manifestación. Las condiciones de abandono en la que están los líderes rurales, la estigmatización a la que están sometidos y sometidas, la falta de reconocimiento de su labor y las ineficaces medidas de protección, no van a cambiar con una velatón. Sin embargo la manifestación si envía un mensaje e invita a seguir trabajando.
Desde PAS, esperamos que la manifestación del viernes sea el inicio de una presión constante al gobierno para que deje de ignorar el tema y lo reconozca como la problemática grave y profunda que es, nunca más queremos escuchar que el asesinato de un líder obedece "a un lió de faldas". Nuestra investigación también nos convence que la protección de los líderes tiene que dejar de centrarse solo en lo individual, en dar un carro o un chaleco, el enfoque tiene que ser colectivo, de construcción de entornos seguros. Al final, lo que está en riesgo no es una persona, sino el derecho a defender los derechos humanos y es imposible darle protección individual a todas las personas que realizan esta labor. Al final, cualquier persona puede defender sus derechos y los de los demás y nunca debería significarle poner su vida en riesgo.
El evento del viernes además invita a dejar la indiferencia. Muchas de las personas asesinadas defienden causas que nos interesan a todos como colombianos. ¿No nos afecta cuando matan a un líder que defiende el medio ambiente, al profesor que busca mejores condiciones para la juventud, o a quien busca hacer cumplir la constitución? Muchas de las reivindicaciones que estos líderes encarnan nos afectan, en cierto sentido ellos también están luchando por nosotros y no nos podemos permitir ser indiferentes.
Creemos en la movilización social como una impulsora del cambio y sin duda la manifestación del Viernes cumplió su objetivo y puso en la agenda pública el tema, le envío una alerta al Gobierno. Invitamos a las organizaciones de la sociedad civil, instituciones, y en general a todo el país a seguir acompañando la defensa de derechos.