La situación laboral para los empleados y contratistas que están vinculados con la minería es crítica. La huelga sindical que vivió el sector minero en La Guajira así lo demuestra, a pesar de la victoria de las y los trabajadores conservando sus conquistas, aún está en disputa el conocido Turno de la Muerte 7 x 3.  Ante la disminución de ganancias y la situación de pandemia, las empresas han empezado a declarar operaciones en pérdidas y a despedir trabajadores, trasladando la carga de la situación actual a las familias de los obreros, con un fuerte impacto local.  Más allá del empleo directo de la mina, la descarbonización empieza a alterar la dinámica económica local, por lo que es necesario plantearse alternativas amplias y diversas frente a un escenario posminero.  

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Recordemos que en Colombia trabajadores y trabajadoras de la minería pasaron de “la defensa de las reivindicaciones propias a la defensa de la riqueza minera para el desarrollo del país y de ahí, a la defensa del territorio[1]”, lo que habilita la búsqueda de estrategias comunes entre obreros, campesinos, indígenas y negros. 

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Para las y los trabajadores directos de la mina, se podrían iniciar instancias de diálogo en torno a esquemas de jubilación anticipada enfocados en las poblaciones que presentan afectaciones a la salud, programas de reentrenamiento en los niveles operativos de la mina y estrategias de conversión laboral en donde además de la competitividad se garantice una transición laboral ordenada, culturalmente justa y ambientalmente sostenible. Negociando una nueva distribución de la renta minera que financie los programas de diversificación productiva y laboral como ha ocurrido en otros países.

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Una alternativa temporal y de corto plazo, podría articular la economía del cierre minero, en donde las tareas de la restauración ambiental, puedan reivindicar las territorialidades guajiras; o el aprovechamiento económico de los residuos del carbón, en apuestas por la industrialización y reutilización de residuos del carbón en sectores como la construcción y la agricultura, que bajo la administración de comunidades y trabajadores podría ajustar democráticamente la economía local, facilitar la inclusión social y reducir las brechas de género que son evidentes en el Cerrejón.

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En este video se ahonda más sobre estas propuestas para el desarrollo de alternativas laborales.