Alternativas organizativas para la transición energética justa
Durante los encuentros virtuales de fortalecimiento de capacidades locales con comunidades indígenas y afroguajiras,, se identificó que la organización comunitaria es una de las mayores debilidades que se deben afrontar en un proceso de transición energética participativo y justo. Ante esto, ratificamos la necesidad de un reforzamiento de la organización desde lo local/comunitario hacia lo nacional, que debe considerar la temporalidad del cambio y las particularidades políticas y culturales de los actores.
En un primer momento, en el corto plazo, importa abordar el fortalecimiento de la experiencia local para hacer frente a la destrucción social y ambiental, para lograr más adelante la construcción de un proceso de autonomía frente a la negociación de una transición energética justa con el Estado y las empresas.
Desde Pas entendemos este reforzamiento como un proceso que debe darse desde abajo para arriba, desde adentro hacia afuera, desde lo local hasta lo nacional e internacional. En este sentido, se pone a consideración los aportes de la Transition Network (Red de transición) para construir procesos de cambio desde abajo atendiendo a 7 ingredientes esenciales, que en la experiencia del movimiento social guajiro se traducen de la siguiente manera:
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Grupos sanos producto del aprendizaje colectivo, la creación de acuerdos comunitarios, respeto a la diversidad de criterios, y la constancia en la reflexión y la acción frente a la transición justa. Se trata entonces de revisar las estructuras y mecanismos de cada organización, comunidad, familia, clan y grupo para valorar el estado de las relaciones, conflictos y responsabilidades que ha favorecido o dificultado el pensamiento de transición y la acción social transformadora.
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La visión territorial resultado de la imaginación del futuro posminero que desde el grupo base se quiere alcanzar y que sin importar que se distancie de las apuestas regionales, nacionales e internacionales, el trabajo impreso en su reivindicación puede alimentar y mejorar los procesos colectivos; esta visión puede incluir ideas sobre la economía y la medicina propia, el tipo de relaciones de gobierno, el estado de ecosistemas, sitios culturales y sagrados, e inclusive las posiciones frente al cierre minero y el nuevo modelo territorial.
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Participación directa que crece desde lo local y que surge de la necesidad de conectar las luchas por la identidad, la cultura, la salud y el agua con los procesos de cambio climático global y la transición energética, en especial como forma de reinventar las formas de articulación, divertimento, trabajo y conciencia de los procesos juveniles; implica a su vez reconocer las limitaciones y oportunidades de los mecanismos tradicionales de participación social y ambiental del Estado de derecho, los conquistados por los pueblos y los practicados en las luchas populares.
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Redes y alianzas estratégicas que faciliten la experiencia de articulación entre trabajadores, comunidades étnicas y por ejemplo el movimiento estudiantil departamental y nacional, en tanto las luchas ambientales en el Sur Global como en el Norte Global han sido protagonizadas por los jóvenes, niños y niñas denotando la importancia de las luchas intergeneracionales en los procesos de cambio contemporáneos; la importancia de esta estrategia reside en que ubica principios, objetivos y prácticas que parten de las afectaciones a la vida y el territorio pero no se reducen a ellas, buscando interpelar a otros actores sociales que buscan la justicia social y la preservación planetaria, evitar la duplicación de esfuerzos, y repensar las ideas y soluciones.
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Proyectos prácticos que permitan materializar los deseos, pensamientos, valores y visiones de la organización, desafiando las concepciones tradicionales del cambio que se irrigan sobre las comunidades desde poderes y autoridades externas; implica problematizar los conocimientos que han sido impuestos para planificar, gestionar y hacer veeduría, reivindicar las prácticas que aunque en pequeña escala signifiquen otra forma de entender el territorio, la economía y lo político.
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Articulación con el movimiento por la transición energética justa y sostenible en el departamento, en Colombia y en los más de 50 países en que se han identificado iniciativas desde abajo; experiencias como la del movimiento social y ambiental colombiano o la Mesa Social Minero-Energética y Ambiental por la Paz, constituyen ejemplos significativos para compartir la experiencia local, buscar nuevos apoyos y resignificar la transición de La Guajira.
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Reflexión, celebración y duelo como una actividad de desarrollo constante que promueve la definición de momentos para revisar los logros alcanzados, fortalecer los lazos organizacionales en torno a la visión territorial posminera y reinventar los proyectos prácticos.
Con fundamentos locales sólidos, se puede crecer, en el mediano y largo plazo, hacia la construcción de transformaciones profundas en relaciones sociales, instituciones y modos de producción económica, lo cual se consigue con iniciativas locales cada vez más fuertes, innovadoras y decididas que lejos de quedarse en las contingencias internas, observa, aprende e incide en los escenarios de otras escalas.
Un ejemplo de ello son las 21 propuestas de la Mesa Social, Minero-Energética y Ambiental para la Paz que representan un acumulado de experiencias y aprendizajes para la construcción de una paz territorial desde lo social, lo ambiental, lo cultural y lo político. Haz clic en el archivo para conocer esta propuesta construida por las organizaciones Cumbre Agraria Campesina Étnica Y Popular, la Unión Sindical Obrera, Sintracarbón, Sintraelecol, Sintraemsdes, Sintraisa, Sintraisagen, la Central Unitaria de Trabajadores, Sintrae, Funtramiexco, y el Movimiento Ríos Vivos.
En la siguiente sección encontrarás una actividad para repasar las temáticas que expusimos durante el módulo.