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Recordando a los hombres y mujeres llenos de color

7 de mayo del 2021


El 28 de abril organizaciones sociales convocaron al Paro Nacional para manifestarse en contra del rumbo que toma nuestro país y frenar –entre otras- la reforma tributaria presentada por el Gobierno de Iván Duque. Luego de 4 días de enormes protestas; las decenas de muertes y de personas desaparecidas llenan nuestros ojos de lágrimas y acongojan nuestros corazones. Durante estos días, surgieron denuncias que mostraban a la policía y al Escuadrón Antidisturbios (ESMAD) disparar sobre los cuerpos de los manifestantes y retener a la gente en vehículos oficiales. El domingo 2 de mayo Duque anunció el retiro de dicha reforma.


Pensamiento y Acción Social, PAS, ha participado de las distintas jornadas de movilización desde diversos lugares en donde realiza su trabajo, solidarizándose con las distintas familias que han tenido víctimas, uno de ellos el joven Lucas Villa Vásquez quien el 5 de mayo en el Viaducto César Gaviria de Pereira, recibió 8 disparos que hoy lo tienen con diagnóstico de muerte cerebral, según su familia. Lucas es un joven reconocido por realizar acciones pedagógicas y manifestar su inconformidad con las políticas y prácticas del gobierno de forma pacífica, el arte era su herramienta de expresión.

De acuerdo con el periódico El Tiempo y a partir de los registros en videos publicados en redes sociales, el joven fue atacado por sujetos que se movilizaban en un vehículo gris, quienes dispararon en repetidas ocasiones en contra del grupo de manifestantes. Lucas Villa Vásquez era una persona pacífica, un ciclista que solía recorrer las calles de la ciudad de modo alegre. Trabajaba como profesor de yoga, vivía en el barrio El bosque, en donde sus vecinos lo recuerdan como una persona risueña y social.


Rechazamos y expresamos nuestra profunda indignación ante esta horrenda situación que atraviesa al país en campos y ciudades, el ataque contra este joven, es otro más que se suma al exterminio planeado y artero de lideresas y líderes ambientales, campesinas y campesinos, indígenas, trabajadores, estudiantes y luchadores populares. Esta repetida tragedia nacional recuerda el poema de T.S Eliot Los hombres huecos que denuncia a los hombres sin vida y mirada muerta de los impulsores de la primera guerra mundial en Europa a principios del siglo XX. Tales sujetos grises como el carro con sicarios en Pereira, convirtieron en objetivo a una persona llena de vida y color, un jilguero bullicioso y dicharachero, repleto de palabras y arengas, que conmovido con la guerra y la injusticia, mostraban su alegría e inconformismo desde el arte, con la pedagogía de subirse a los buses de su ciudad para explicar o por lo menos plantear puntos de vistas distintos a los que gobiernan.


Sin duda, Lucas hace parte de los defensores de la juventud y la alegría, expresiones de la vida que tanto afectan a los fanáticos de la muerte y el exterminio planeado. El legado de este joven nos conmueve hasta la médula, pero no impide señalar a los promotores de la muerte, no nos impide gritarles hasta el cansancio que no pasarán y que no callaremos ante tanta ignominia repetida. Este gobierno sordo e indiferente se convierte en cómplice indiscutible, son una trilla de hombres y mujeres huecos, que, como asegura el escritor Gonzalo Mallarino, respecto al poema de Eliot, No son capaces de sostenernos la mirada. En sus reinos tumefactos no hay miradas de candor ni de sinceridad ni de esperanza.


Artículo por Valeria Maldonado - Integrante del Área de Territorios y Derechos Humanos de PAS


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